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Manos vacías, pero no de esfuerzo

La apertura de campeonato no fue la ideal para Marcos Bobbio, quien debió desertar por inconvenientes con su Renault Clio. El clima fue gran protagonista, para el agobio de cada integrante de cualquier equipo. Pero eso no es excusa, y hubo que salir a pista a dejar todo igual.

Viendo que el panorama en rendimiento no era el mejor, Bobbio se planteó hacer una carrera inteligente sin meterse en problemas. Después de clasificar octavo, largar cuarto era muy bueno en la serie pero un toque con Fernando Martino terminó con un fuera de pista inesperado para el santafesino, y de ahí, a remontar. Marcos llegó a terminar noveno, cuando estaba claramente para bastante más.

Con el panorama ya jugado, la prueba final fue enredada, y si bien se lograba avanzar de a poco, volvió a detenerse. La temperatura del motor jugó una mala pasada a más de la mitad de los autos, y unos cuantos han hecho daños a los impulsores. Para evitar ello, Bobbio paró el Renault Clio número 10 y decidió no arriesgar más, para volver con el auto lo más entero posible.

“Fue un fin de semana de renegar, estuvimos trabajando mucho sobre el auto los tres días. No tiene que ser así. Tenemos que optimizar el sistema de frenos, luego del cambio de pedalera que hicimos para esta temporada. Además, la temperatura del motor subió y de manera brusca, hice lo que pude pero no tenía sentido seguir. Vamos a hablar con Esteban Pou para encontrar soluciones a esta situación”, manifestó Bobbio, quien venía de ganar la última fecha del 2016, y ahora con el mismo conjunto no pudo estar en el mismo potencial.

Mauro Calandria – Prensa Marcos Bobbio / Foto: Hernán Rodríguez

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