La doble fecha de Fórmula E en la capital del Japón, tuvo como vencedores a Stoffel Vandoorne (Maserati) y Oliver Rowland (Nissan). Este último, mantiene la punta del campeonato con holgura y deleitó a los fanáticos japoneses, pero más aún a los directivos de la marca.
Bajo una intensa lluvia, la carrera sabatina tuvo a Vandoorne como vencedor a pura estrategia. Entre la cancelación de la clasificación, retrasos, interrupciones y momentos confusos, el belga pudo salir favorecido para que Maserati gane tras un año. Haber hecho la detención obligatoria antes de que haya bandera roja, fue la clave para quedar al frente con una gran ventaja y así consolidó la conquista, en el mismo escenario donde con Maserati había ganado Maximilian Günther.
El domingo, con mejores condiciones climáticas, Rowland volvió a dejar en claro por qué viene ganando tanto y por qué es el gran candidato a la corona. El británico vio como Pascal Wehrlein (Porsche) y Dan Ticktum (Cupra Kiro) se intercambiaban la vanguardia, y Rowland esperó a activar el modo ataque a siete minutos de terminar, como muchos, y se empezaron a ver acciones de relevancia. Rowland udo dar uenta de ambos, pero al alemán lo hizo por el lado externo. Inmediatamente después, una neutralización llevó a que quede un solo giro con bandera verde, y allí Oliver pudo resistir.